viernes, 4 de octubre de 2013

El anuncio de la discordia



Hoy he visto en Internet el anuncio con el que la Academia de la Publicidad homenajea a la RAE por su tercer centenario. El spot tiene su guasa, ya que se ve a una madre echándole la gran bronca a su hijo tras destrozar un bote de mermelada contra el suelo, con el consiguiente estropicio cocineril. El discurso materno no tiene desperdicio: “¡Pero niño, no vas y tiras la fambruesa, estropiciándolo todo! Ende que venga tu padre, lo quiero ver todo esto… floresciente.”

Ante tamaño desastre -me refiero al de la madre-, llega la solución que pondrá paz en el hogar: un rápido vistazo al Diccionario de la Real Academia ilumina el rostro alicaído de la sufrida madre y la bronca se transforma en: “Hijo mío, te encomiendo la tarea de dejar el suelo reluciente antes de que llegue tu padre”

Los creativos juegan con el lema de la RAE (Limpia, fija y da esplendor), convirtiendo el diccionario en un potente detergente verbal. La verdad es que siempre me hizo gracia esta divisa de producto de limpieza de la Academia, y en el anuncio le sacan todo su jugo.

En mi humilde opinión, el anuncio es buenísimo (o bonísimo, para los puristas). En casa, lo ha visto toda la familia (chicos y chicas) y no hemos podido parar de reír. Sin embargo, diversas asociaciones feministas lo han tachado de sexista (¿perdón?) y misógino (¿qué?) por mostrar “un arquetipo casposo de mujer volcada en las tareas domésticas”. Está visto que en este bendito país hay gente que ve fantasmas en cada esquina y que se esfuerza en hacer enrevesado lo más sencillo. El hecho de que la mujer esté en la cocina no quiere decir que se pase el día limpiando la casa, y por el vestido que lleva puesto, bien podría haber llegado de trabajar mientras el padre está en el súper haciendo la compra. Además, el encargado de limpiar el desaguisado va a ser el chico, o sea, el varón. 

La parodia y el reírse de uno mismo -una afición sanísima, por cierto-, está visto que sigue prohibido entre determinados colectivos. Lo curioso es que lo único que consiguen así es dibujar una caricatura de ellos mismos.



 La polémica está servida...