jueves, 27 de septiembre de 2012

Editoriales independientes (4):
Fiordo Editorial (Argentina)






Todo nuevo proyecto editorial independiente se nutre de unas buenas dosis de romanticismo, de osadía compartida, de aventura sin red y, sobre todo, de una pasión sin fisuras por los libros. En el caso de Fiordo Editorial, esta pasión se nota ya en la declaración de intenciones que figura en su página web: “…nuestro objetivo es ofrecer al público libros que otorguen placer al tacto, a la vista y al intelecto…”

Este nuevo sello argentino nació en Buenos Aires a finales de 2011 de la mano de Julia Ariza y Salvador Cristofaro, dos entusiastas lectores con los que he tenido la oportunidad de comunicarme vía correo electrónico, que transmiten su amor por las buenas ediciones en cada palabra.

Según Julia, “la idea de fundar una editorial surgió precisamente de la convicción compartida de que leer un libro es una experiencia intelectual pero también de los sentidos, y que, lejos de constituir una forma de escapismo, la buena literatura, los buenos ensayos, pueden darnos perspectiva y redimensionar nuestra vida práctica. Somos lectores, y más que lectores acumuladores de libros, que atesoramos, olemos, consultamos, criticamos, exponemos, encimamos y redescubrimos en nuestras bibliotecas con genuino entusiasmo.”

Aunque venían madurando la idea de abrir un sello propio hace ya algún tiempo, fue a finales del año pasado cuando tuvieron las condiciones idóneas para empezar a concretarla. Su intención es publicar textos aún inaccesibles para el público hispanohablante, ya sea porque se trata de obras fuera de circulación, nunca antes traducidas o todavía no editadas. “De lo que se trata es de reponer o dar a conocer muy buenos textos, que convoquen al lector de hoy, en el mundo de hoy. Esto significa que además de buenas traducciones, nos interesa mucho intervenir en la cultura de nuestro tiempo editando a autores jóvenes.”




El programa de publicación de Fiordo contempla la narrativa y el ensayo, este último a través de una serie que están acabando de definir y que verá la luz el año que viene. Para su puesta de largo han elegido una novela de la británica Marghanita Laski publicada en 1953, El diván victoriano, que en palabras de P. D. James es “una de las novelas cortas más hábilmente narradas y aterradoras de su década.” Por azares del destino, esta novela -nunca traducida hasta ahora al español- aparece también estos días en nuestro país de la mano de Automática Editorial como La chaise-longue victoriana. Una prueba más de la importancia de las pequeñas editoriales en el rescate de obras clásicas secretas.

El segundo título de Fiordo, ya en camino, será la novela Una confesión póstuma, del escritor holandés Marcellus Emants, aparecida en 1894. Estos jóvenes editores tienen el propósito de publicar cuatro libros al año, una producción inicial modesta, pero que pretende irrumpir con firmeza en la escena literaria argentina. No en vano, el nombre de Fiordo no está tomado al azar: como dice Salvador, “es la formación de un valle por la fuerza tenaz de un glaciar que avanza abriéndose camino a través de las montañas, dejando una huella geográfica imborrable, un nuevo hábitat. Nuestra idea es actuar de la misma manera.” Y nuestro deseo es que lleguen muy lejos en esta travesía.


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